Ser generosos con los demás es una forma de querernos a nosotras mismas. Si damos a los demás amor, cariño y empatía estamos enseñando a los demás como deben de tratarnos.
Sólo necesitas:
Audífonos
Un lugar donde nadie te moleste
y si quieres la compañía de papá o mamá para hacer la meditación contigo.
Cierra tus ojos lentamente. Comencemos con algunas respiraciones. Inhala y exhala.
Cuenta conmigo hasta 3. Inhala uno, dos, tres. Exhala uno, dos, tres. Repetiremos esto 3 veces.
Inhala exhala. Inhala exhala. Inhala exhala.
¿De qué color crees que es el amor? Imagina una luz de ese color que viaja sobre tu cuerpo desde los pies hasta la cabeza y que te ilumina completamente. Concéntrate en los latidos de tu corazón y en tu respiración.
Imagina ahora una luz blanca que sale de tu corazón como un rayo y lentamente ilumina todo el cuarto donde te encuentras y a cada uno de los que viven en ella.
Ahora vamos a concentrarnos en nuestras piernas y di: gracias a ustedes dos porque puedo caminar, correr y saltar.
Pasamos a nuestros pulmones: gracias por la respiración. Gracias por oxigenar todo mi cuerpo y permitirme sentir el aire
De ahí vamos a nuestro corazón, coloca tus manos en tu corazón, siente sus latidos. Gracias por bombear sangre a todo mi cuerpo y por darme vida.
Pasamos a nuestros brazos, mueve un poco tus dedos y tus manos y siente todo tu brazo. Gracias porque podemos abrazar a los demás y demostrar nuestro cariño.
Finalmente pasaremos a la cabeza: primero tu boca, gracias por permitirme expresar lo que siento y quiero.
Ahora tus ojos: gracias por permitirme ver todas la cosas increíbles del mundo.
Ahora imagínate todas las neuronas de tu cerebro como si fueran una explosión de fuegos artificiales de miles de colores. Gracias por permitirnos pensar y por dar las órdenes exactas a nuestro cuerpo. Gracias por guardar los recuerdos y gracias a ti porque por ti puedo sentir mis emociones.
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